sábado, 25 de agosto de 2007

MI AMIGO HEBERT



Mi amigo Hebert es de los que te reclaman por haberte comido un pan demás; o de los que revisa la casa antes de que te vayas. Repite como single las frases de su terapeuta y da lecciones de vida que a ninguno le importan; a quien lo escuche le dice que un tajo es para problemas; y se enamora entonces de travestis tuneados dejando siempre bien en claro por supuesto; que el no es homosexual. Mi amigo Hebert se padece; se envanece y se enreda en tonterías de no creer. Si se ataca de madurez no me quiere ni ver. Si se gradúa no me quiere ni ver. Si un artista consagrado posa junto a el en la foto, no me quiere ni ver; le da rienda suelta al ego y se infla hasta perderse en sus alturas. El piensa que estoy perdido, que ya es hora de rendirme, que debería sentar cabeza y que no tendría que andar volteando a cuanta pendeja se me cruce por delante. Pero ellas llegan una tras otra como por arte de magia; como si mi destino fuera ser bendito cada noche por tiernas vaginas; tiernas vaginas que no conocen ni de edad ni de andar fingiéndolo todo; tiernas vaginas que después de hacer el amor se evaporan y parten al sosiego; y me dejar cara a cara con mi gato; prometiéndole a partir de ahora; dedicarle más atención...