No te olvides; tu mundo eran chicles cuando yo solía; andarme por los bares cagado de amor...
sábado, 30 de junio de 2007
miércoles, 27 de junio de 2007
sábado, 23 de junio de 2007
viernes, 22 de junio de 2007
jueves, 21 de junio de 2007
miércoles, 20 de junio de 2007
POR UNA CABEZA (parte 1)
lunes, 18 de junio de 2007
sábado, 16 de junio de 2007
martes, 5 de junio de 2007
GUS EL UNIVERSAL
De vez en cuando me gustaría tener un día normal; pero la verdad ya hace mucho tiempo que renuncié a eso y me resulta casi imposible. Los siguientes hechos que relato transcurren entre las 17hs del jueves y las 12hs del viernes.
Me agrada cuando me invitan a esas fiestas de arte; hay mucha comida, mucho vino y mucho mimo egoico; a cada paso que damos me presentan como escritor y eso se siente muy pero muy bien. como a las 8 Romina insiste en que tenemos que ir a conocer el departamento que se compró; cosa que Roland, eva y yo hacemos una hora después. El departamento está bueno y tiene pinta de carísimo; su padre es coleccionista de arte y le regaló un Alonso que ella despreocupadamente colgó en la puerta del baño. El reloj marcaba las 11 y cerramos todo con un brindis. Era un buen final como para cerrar el día, sólo quedaba un viaje y llegar a casa. Pierdo el primer colectivo. El segundo no para. De algún extraño modo el universo interviene y se las arregla para llevarme de vuelta al hogar. Como a las 12 se detiene un auto; no es otro que mi amigo Cacho; baja; hace la pantomima de siempre y me invita al casamiento de no sé quién. De un minuto a otro pasamos de Recoleta a Villa Fiorito. Hay mucha negra alzada y mucho pibe polenta. La gente se divierte, el chupi sobra y no falta el cumbión. Todos se cagan de la risa pero de buenas a primera un mono le pone un botellazo en la cabeza a otro y se arma una de piñas y trompadas que terminamos la mitad en Hospital Evita y la otra mitad en la comisaría. A las 4 el asunto está más que cocinado y es hora de retomar la vuelta. Meto la mano en el bolsillo. Dos pesos. Hay que caminar. Hace frío y el cansancio me jode; de pronto alguien me aborda por detrás, me pego un cagazo de película pero al darme vuelta el alma me entra al cuerpo otra vez al ver a Vanina parada detrás de mi. Y que hace ella ahí a esa hora? No sé; pero tampoco se que hago yo ahí a esa hora. Vamos a casa y nos hechamos el polvo del siglo. Como alas 7 suena el teléfono. Mi ex. Hace un año que no nos vemos pero me descarga todo un rosario de puteadas y corta. Vani me dice que se tiene que ir, me pide algo de dinero para el viaje, le doy dos pesos; obvio. Suena el teléfono otra vez. Mi abogado. Que me tiene que ver urgente, que pase. No tengo un puto mango, me voy caminando de Lanús a Avellaneda, de ahí nos vamos al ministerio, de ahí a la municipalidad y de ahí al infierno. Y quieren saber como termina todo esto? Termina con migo en el comedor comunitario de la iglesia universal almorzando guiso de arroz junto a 5 indigentes que miraban impávidos como un tipo totalmente sacado me escupía el nombre de cristo en la cara. Amén? Amén.
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