En mi barrio no todo es holly mood ni hay altas hembras paseando en las calles;
no siempre alcanza para comer, o el que te ayuda está dentro de la ley
si no te mata un gato negro te asesina un larva;
y lo dijeron por televisión como si fuera la gran noticia:
Acá en mi barrio hay sucursal del infierno...
A los pendejos se los come la droga, a los abuelos el gobierno de moda
y a los demás nos mastica el sistema.
Y están los defensores de la moral que te gatillan por las dudas o de casualidad
total si matan a algún inocente que importa.
Pero la fe me sostiene y me guia, y me protege en las horas oscuras
y así camino en llamas por las calles del barrio;
veo a las putas y a los condenados
a los que perdieron el rumbo hace rato
a los que predican la palabra de un dios que salva
a los que padecen;
a los que calleron en manos impías
y en una esquina a la señora de la venda y la balanza intentándolo otra vez;
no sé; no sé como hace para estar ahí otra vez de pie;
no sé; no sé como hace; es que anoche fue violada...